Por Bruno Cortés
En la Cámara de Diputados, el diputado Paulo Gonzalo Martínez López, del PAN, está empujando una iniciativa que suena simple, pero que podría cambiar la manera en que los estudiantes se sienten seguros en sus escuelas. La propuesta busca que las autoridades educativas diseñen programas de seguridad y prevención, y que parte de esos programas incluya botones de pánico en todos los planteles escolares.
No se trata solo de poner un botón en la pared. Martínez López propone que los estudiantes también tengan dispositivos de alerta personal, y que todo esto se conecte directamente con los cuerpos de seguridad pública, para garantizar una respuesta inmediata ante cualquier situación de riesgo. La idea es crear entornos educativos donde la comunidad estudiantil se sienta protegida, física y emocionalmente.
La iniciativa, que se suma al artículo 74 de la Ley General de Educación y ahora está en la Comisión de Educación para su análisis, también contempla que la Secretaría de Educación Pública, junto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Secretaría de las Mujeres, emitan en máximo 180 días las disposiciones necesarias para que la reforma se aplique de manera efectiva.
Martínez López explicó que la violencia de género sigue siendo uno de los problemas más graves del país. Según INEGI, en 2023, siete de cada diez mujeres mexicanas han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Y en el ámbito escolar y universitario, la situación también es preocupante: seis de cada diez alumnas universitarias han vivido acoso o violencia, de acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. La falta de mecanismos de protección hace que las estudiantes sean especialmente vulnerables.
Por eso, la iniciativa busca que cualquier estudiante en riesgo pueda activar el botón de pánico y recibir ayuda inmediata de las autoridades. La medida no solo pretende prevenir delitos, sino también fortalecer la cultura de la paz y la no violencia en las escuelas, mostrando que la seguridad de los jóvenes y la protección frente a la violencia de género son prioridades del Estado.
Con este tipo de reformas, el Congreso intenta traducir las estadísticas y problemas sociales en acciones concretas que protejan a quienes más lo necesitan, y hacer que la seguridad escolar deje de ser un tema teórico y pase a ser una realidad palpable en cada aula y campus del país.