CO₂ alcanza récord histórico en 2024 y alerta sobre aumento de temperaturas

Por Juan Pablo Ojeda

 

Los niveles de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera alcanzaron un récord histórico en 2024, según informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), lo que indica que el planeta continuará experimentando un aumento de las temperaturas a largo plazo.

El año pasado se registró el mayor incremento anual de emisiones de CO₂ desde que existen mediciones modernas, con un aumento de 3.5 partes por millón (ppm), frente a 0.8 ppm en 2011 y 2.4 ppm en 2020. Esto elevó el promedio anual de CO₂ a 423.9 ppm, comparado con 377.1 ppm hace veinte años.

La OMM atribuye este crecimiento a las emisiones derivadas de actividades humanas, los incendios forestales y la menor capacidad de los ecosistemas terrestres y oceánicos para absorber carbono. Aproximadamente la mitad del CO₂ emitido permanece en la atmósfera, mientras que el resto es absorbido por la Tierra y los océanos. Sin embargo, el aumento de la temperatura global reduce esta absorción: los océanos disuelven menos CO₂ y las sequías persistentes disminuyen la capacidad de los suelos para retener carbono.

El año 2024, marcado por el fenómeno de El Niño, agravó esta situación, destacando la necesidad de que los responsables políticos consideren estos datos en la próxima Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU en Brasil.

Ko Barrett, subsecretaria general de la OMM, señaló que el calor atrapado por el CO₂ y otros gases de efecto invernadero provoca fenómenos meteorológicos más extremos y subrayó la importancia de reducir emisiones para proteger el clima, la economía y el bienestar de las comunidades.

El boletín también reportó que las concentraciones de metano y óxido nitroso, el segundo y tercer gas de efecto invernadero más importantes, alcanzaron niveles récord. El metano, que representa el 16 % del calentamiento global, tiene una vida útil de nueve años y se genera 60 % por actividades humanas como ganadería, agricultura y quema de biomasa. El óxido nitroso proviene tanto de fuentes naturales como de actividades humanas, incluyendo fertilizantes, procesos industriales y quema de biomasa.

Los expertos advierten que sin una reducción significativa de estas emisiones, los efectos del cambio climático, como sequías, olas de calor e inundaciones, continuarán intensificándose, afectando ecosistemas, seguridad alimentaria y calidad de vida a nivel global.

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