Luego de que el recinto de Donceles se convirtiera en un ring de lucha libre por las diferencias sobre el instituto de transparencia, Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva en San Lázaro, lanzó un llamado enérgico a la civilidad política. «Cuando los golpes ganan, pierden los ciudadanos», sentenció la legisladora, dejando claro que las diferencias ideológicas, por más calientes que estén los ánimos, no pueden resolverse a «guamazos» ni empujones entre curules, pues el espectáculo denigra la labor parlamentaria.
En su conferencia de prensa, la panista no se anduvo con rodeos al calificar los hechos ocurridos en el Congreso de la Ciudad de México como el síntoma de una tolerancia agotada. La disputa, originada por la desaparición del órgano autónomo de transparencia para pasar sus funciones al gobierno central, desató una gresca que López Rabadán utilizó como ejemplo de lo que no debe ocurrir: «Si la tolerancia se merma, lo que emerge es la violencia», advirtió, asegurando que en la Cámara federal se respetará a todas las voces, sin importar el color de la camiseta.
Pero no todo fue «grilla» y regaños. Cambiando el chip hacia la economía familiar, que es donde realmente le aprieta el zapato a los chilangos, la diputada anunció una jugada en favor de los «lomitos» y «michis». Tras reunirse con el Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos para Mascotas (CONAFAB), confirmó que empujará nuevamente la iniciativa para establecer una tasa cero de IVA en alimentos para animales de compañía, buscando un respiro para los bolsillos de millones de familias.
La propuesta no viene sola; trae «con giribilla» fiscal. López Rabadán explicó que se busca reformar tanto la Ley del IVA como la del ISR. El plan incluye que los gastos veterinarios sean deducibles de impuestos. La lógica es un «ganar-ganar»: las familias gastan menos en croquetas y el gobierno mete en cintura a los veterinarios, quienes tendrán que reportar ingresos y emitir facturas para que los contribuyentes puedan deducir, formalizando así un sector que mueve mucha lana en la informalidad.
«Siete de cada diez familias tenemos una mascota, un ser sintiente», recordó la legisladora, subrayando que el costo de mantener a un animalito se ha disparado. Al quitarle el impuesto al alimento procesado, se busca también frenar el abandono, pues muchas veces los animales terminan en la calle porque la familia ya no puede costear el bulto de alimento. La intención es que este beneficio entre en la discusión del próximo Paquete Económico a través de un Parlamento Abierto.
En otros temas de la agenda nacional, la presidenta de la Cámara abordó el escándalo del «huachicol fiscal» y la reciente destitución de un funcionario aduanal vetado por Estados Unidos. López Rabadán fue tajante: no basta con quitarle la «chamba» a los implicados; si hay daño al erario, debe haber investigación y cárcel. Señaló que estas prácticas corruptas son una herida abierta que quita recursos para medicinas y bacheo, afectando directamente la calidad de vida de la ciudadanía.
Sobre el ambiente político y el avance de la derecha en Sudamérica, la legisladora reconoció que el mundo vive una polarización de péndulo. Sin embargo, enfatizó que en México se debe respetar el voto, gane quien gane. «El que pierda, que se vaya a su casa», dijo, apelando a que la democracia no debe ser motivo de miedo ni de violencia, sino de respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.
Finalmente, López Rabadán cerró filas asegurando que buscará el respaldo de todas las bancadas para la iniciativa de las mascotas. Sabe que para que pase en San Lázaro se necesita más que buenas intenciones; se requiere tejer fino con todas las fuerzas políticas para que el tema no se quede en la congeladora y sea una realidad que alivie el gasto de la canasta básica extendida de los mexicanos.
La diputada concluyó su intervención reiterando que, aunque el tono del debate suba de volumen, la violencia física es una línea roja que nadie debe cruzar, ni en las calles ni en los recintos donde se hacen las leyes.

