Por Bruno Cortés
En el Congreso siempre hay temas que se van atorando como tráfico en hora pico, y la iniciativa de reducir la jornada laboral a 40 horas es uno de ellos. El Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano buscó, casi hasta el último minuto, extender el periodo de sesiones para tener chance de votar este cambio que miles de trabajadores llevan meses esperando. Pero como no se convocó a un periodo extraordinario, la coordinadora de la bancada, Ivonne Ortega Pacheco, salió a decirlo claro: esta vez no se pudo, aunque insiste en que no abandonarán la bandera.
Ortega contó que metió una propuesta para que la Cámara pudiera sesionar desde el 15 de enero hasta finales de julio. ¿Para qué? Para tener casi seis meses completos y atender los temas que realmente le importan a la gente: salarios, jornadas dignas, cuidados, seguridad. Y lo dijo con toda franqueza: “Un verdadero regalo de Navidad hubiera sido aprobar las 40 horas con dos días de descanso”. Su mensaje fue sencillo: no lo logramos hoy, pero vamos a volver al tema.
Mientras tanto, recordó que ya está vigente la famosa “Ley Silla”, esa que obliga a que trabajadores —sobre todo en comercios y servicios— tengan un asiento para evitar horas y horas de pie. Invitó a quienes no tengan esa posibilidad a reportarlo, porque a partir del 15 de diciembre ya habrá sanciones. Es decir, ya no basta con que el jefe “diga que luego ve”, ahora la autoridad sí puede intervenir.
La diputada también lanzó una crítica suave pero directa al desempeño del Congreso en este periodo: pudo haber sido más productivo. Y es que siguen pendientes asuntos clave, especialmente los relacionados con las mujeres: desde evitar que violentadores accedan a puestos públicos —tema que volvió a sonar con el caso de Cuauhtémoc Blanco— hasta la creación del Sistema Nacional de Cuidados, un proyecto que busca que las cargas del cuidado familiar dejen de recaer casi por completo en las mujeres. Según Ortega, se trata de darles tiempo, libertad y dignidad a quienes hoy cargan con jornadas dobles o triples sin reconocimiento ni apoyo.
Sobre un posible periodo extraordinario, MC dice estar más que dispuesto. Si se arma, quieren poner sobre la mesa las 40 horas como “el regalo de 2026”, dejando claro que la reforma laboral no está muerta, solo pausada.
En cuanto al debate sobre aranceles, Ortega explicó que por ley este es un tema que puede resolver directamente la presidenta mediante decreto. A su juicio, quizá por eso el Ejecutivo quiso compartir el costo político con los diputados. Al final, la resolución quedó en un artículo transitorio que deja la última palabra a la Secretaría de Economía sobre cuándo ajustar aranceles y con qué criterios, según la importancia para el país. En pocas palabras: el Congreso opinó, pero quien manda en ese terreno sigue siendo el Ejecutivo.
La agenda de MC sigue viva y, aunque este cierre de periodo no dejó los resultados que esperaban, ya dejaron clara la ruta: insistir en las 40 horas, sacar adelante el Sistema Nacional de Cuidados y cerrar la puerta a perfiles con antecedentes de violencia. Para ellos, el próximo año legislativo empieza desde ya.

