CDMX a 29 de septiembre, 2023.- En el ajedrez digital de las elecciones modernas, la desinformación es un jugador silencioso pero poderoso, minando la confianza pública y distorsionando la democracia. Este reportaje examina el papel crucial, y a menudo controvertido, que las plataformas de redes sociales desempeñan en este dinámico terreno.
Desinformación: El Virus Silencioso de las Urnas
La desinformación electoral, entendida como la distribución intencionada de noticias falsas, ha surgido como una amenaza formidable a las democracias globales. En México, la elección presidencial de 2018 sirvió como un alarmante recordatorio, con candidatos lidiando contra oleadas de información engañosa que circulaba en línea.
El Espejo Digital: Redes Sociales y Desinformación
Las redes sociales son el escenario predilecto para este fenómeno. Su naturaleza abierta y participativa facilita la dispersión rápida de contenido, sin filtros ni verificación. Durante el ciclo electoral mencionado, iniciativas como Verificado 2018 surgieron como barreras contra la desinformación, enlazando a diversos sectores en un esfuerzo colectivo de verificación de hechos.
La Delgada Línea de la Responsabilidad
Sin embargo, el deber de las plataformas en este contexto es un terreno ambiguo. Investigaciones recientes, como la realizada por Global Witness y la Universidad de Nueva York, revelan un espectro de eficacia en la gestión de la desinformación entre plataformas como Facebook, TikTok, y YouTube. Mientras que algunas son parcialmente efectivas, otras aprueban la mayoría de anuncios falsos o engañosos.
TikTok, por ejemplo, muestra falencias significativas, aprobando hasta el 90% de anuncios con contenido falso. Facebook, por otro lado, muestra una respuesta parcialmente efectiva, y YouTube logra un rendimiento superior, detectando y eliminando contenido inapropiado.