Los morelenses enfrentan un momento difícil (entre muchas otras cosas) debido al impacto en la disminución de sus ingresos, situación que ha ido empeorando con el transcurrir de la administración del actual gobernador.

 

La población que recibe de 2 a 3 salarios mínimos disminuyó considerablemente, pasando de 81 mil personas en 2018 a 31 mil personas en 2023; en el caso de personas que reciben 5 salarios mínimos o más, también se redujo drásticamente, al pasar de 7 mil personas en 2018 a 3 mil personas en 2023, lo que ubica a la mayor parte de la población subsistiendo con 1 salario mínimo ($ 207.44 pesos).

 

Lo anterior, no son datos menores, de acuerdo con cifras del Banco Mundial la media global de ingresos es de 30 dólares (poco más de 500 pesos), países como Marruecos, Vietnam y Sudáfrica oscilan entre los 10 y 12 dólares, lo equivalente a un salario mínimo en nuestro país.

 

Es alarmante que estemos hablando de que los ingresos para subsistir por parte de las familias en Morelos se comparen con las cifras de países en regiones más pobres del planeta.

 

Esta situación no es un caso aislado, los gobernantes de la entidad no se han preocupado y mucho menos ocupado de este alarmante escenario, no existen gestiones, proyectos o cuando menos ideas desde el ejecutivo local para generar empleos, atraer inversión nacional y extranjera y mejorar la economía de las familias morelenses.

 

Gobernar no es lo mismo que jugar un partido de fútbol, del buen servicio público depende el desarrollo y el bienestar de las familias, Morelos ya no resistirá más ocurrencias e improvisaciones.