Por Juan Pablo Ojeda
La estrategia del Gobierno Federal contra la extorsión dio un paso clave tras la detención de Edgar “N”, alias Limones, presunto operador financiero y extorsionador de la organización criminal Los Cabrera, vinculada al grupo de Los Mayos del Cártel del Pacífico. Ahora, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) cerró el círculo con el bloqueo de cuentas bancarias de personas cercanas al detenido y de varias empresas que —según la autoridad— operaban como fachadas.
El Gabinete de Seguridad detalló que estas compañías, dedicadas supuestamente a giros inmobiliarios, servicios integrales y de ingeniería, presentaban patrones financieros que no cuadraban con ninguna actividad real. En pocas palabras: simulaban nóminas, movían dinero en efectivo, realizaban compraventas de autos de lujo y hacían transferencias fraccionadas, todo con la intención de disfrazar recursos presuntamente ilícitos. El objetivo, afirmaron, es proteger a víctimas de extorsión y blindar al sistema bancario frente a redes delictivas.
La captura de Limones ocurrió el 10 de diciembre y fue presentada por el titular de la SSPC, Omar García Harfuch, como un golpe directo a las estructuras de extorsión en la región. El funcionario explicó que el detenido está relacionado con cobros ilegales a comerciantes y ganaderos de Durango, además de manejar parte de las finanzas del grupo delictivo. Durante su aprehensión se aseguraron armas largas, equipo táctico e incluso una granada, mostrando el nivel de operación con el que contaba.
García Harfuch también señaló que la UIF detectó operaciones financieras ligadas a extorsión y fraude, lo que motivó el bloqueo inmediato de cuentas para cortar el flujo de dinero. El funcionario agradeció al gobierno de Coahuila por su apoyo en el operativo, subrayando que esta acción se alinea con la Estrategia Nacional contra la Extorsión impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
El caso de Limones no solo revela cómo operan estas redes criminales, sino también cómo el gobierno intenta cerrarles el paso por donde más les duele: el dinero.

