Vie. Jul 26th, 2024

En un panorama que se agrava con cada gota de agua que no cae del cielo, el sector agrícola mexicano lucha contra la sequía y las políticas agrícolas ineficaces en medio de la gestión del presidente López Obrador. El cambio climático, manifestado en la sequía implacable y el fenómeno climático de La Niña, ha desencadenado un aumento en los precios de los alimentos, minando la seguridad alimentaria de la población.

A la inclemencia del clima se suma un entorno de inseguridad y de inflación creciente que, junto a la incertidumbre política, ha ensombrecido aún más el panorama económico del país. La disminución en la producción de maíz blanco en 2022, con una caída de más de un millón de toneladas, es el testimonio de un campo que languidece ante la falta de apoyos y la rentabilidad menguante de los cultivos.

Los reflectores apuntan hacia Segalmex, el organismo federal que ha estado en el centro de escándalos de corrupción y malversación de fondos. Paralelamente, las políticas públicas implementadas por el gobierno, como el programa de Precios de Garantía para Granos Básicos y el Programa Producción para el Bienestar, han mostrado su ineficacia frente a la persistencia de los problemas en el sector agrícola y en la economía en general.

En este convulso sexenio marcado por dos recesiones y una crisis inflacionaria, el llamado es urgente: políticas públicas eficientes y transparentes deben ponerse en marcha para estimular la inversión, impulsar el desarrollo rural y garantizar la seguridad alimentaria en México.

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